Querido diario, hoy es dos de abril, nadie mejor que vos sabe los años que están corriendo y los hechos que fueron sucediéndose en mi vida uno tras otro, golpe tras golpe, pena tras pena...
Desde hace cuatro años, éste viejo escritorio sirve de confesionario de mis lealtades, honores, aventuras y desventuras. Hoy creo que será la última vez que vuelque la tinta en forma de signos sobre éstas viejas hojas blanco-amarillentas. Hace tanto que no escribo toda la verdad... es que es tan difícil; a veces hasta me siento asediado. No es chiste, sino más bien en serio, es una paranoia con sentido. Si el doctor Freud aún viviese no sé qué me diría... bueno, él también tuvo suerte y se fue a tiempo... Todavía extraño a ese gran amigo mío... Volviendo al tema, creo que me siguen y me espían discretamente, por supuesto que no existe otra forma de espiar pero ésta no es sutil, es fría y calculadora, saben dónde piso, saben lo que escribo...
Estoy seguro que extrañaré la vista que hay de la ventana del altillo enfrente a mi humilde confesionario, recuerdo que el doctor, gustaba en subir a mi refugio, sentarse frente a la ventana y observar la arquitectura típica del Báltico... Aunque mi miedo es inútil me sirve para sostenerme y estar alerta, es mi único salvataje, lo único que me mantuvo vivo en estos últimos años. Ay de mí!...Qué sería de todo si no estuviese tan regido por símbolos y creencias, aunque la verdad, es que la culpa es mía; yo sabía que podía pensar libremente, pero no expresarlo; la famosa rebeldía del humano sólo me llevó a la autodestrucción, si el doctor viviese no podría creer qué gris y destruido está el paisaje báltico germano de mi ventana. Toda esta sarta de recuerdos no me lleva a otra cosa que a escapar de mi realidad presente,..." lo hace a propósito, amigo mío"... me diría el doctor largando una gran bocanada de humo, yo reiría, me pondría de pie, serviría dos vasos de whisky, uno para él, otro para mí y simplemente susurraría: ..." puede ser doctor...puede ser "... Aún todo da vueltas, en cada pared mohosa se detienen las imágenes, en cada mancha de humedad... Cómo cambia todo... La mancha, al lado del jarrón sobre la repisa, hace años la veía como una joven mariposa, en cambio ahora, ahora la creo una hoja seca. Hace rato que no fumo en pipa , no porque no quiera sino porque el tabaco falta, además, no es lo mismo ver humear sólo una pipa cuando uno ya estaba acostumbrado a que sean dos las que humearan , y el olor... la mezcla de tabacos sí que perfumaba el ambiente, el aroma y el humo de una sola torna el ambiente insoportable, nuboso. Así es diario... tengo menos años que la melancolía que siento, pesa sobre los hombros, creo que lo notás en mi puño, no sabés cuánto extraño a mis verdaderos amigos, todos se fueron, yo de cabeza dura decidí quedarme con mi mujer, qué irónico fue eso, sabías que después que un pelotón con sus racias se encargó de unos tantos y el barco se llevó a los otros... yo me quedé por ella, ella se fue sin mí, qué ironía, qué desagradecida. No, no es que me sienta solo, es que estoy solo, yo soy una consecuencia de mí mismo y vos... sos lo mismo; no es reproche, es soledad senil, es tristeza, es envidia, a veces me gustaría ser papel blanco-amarillento, aunque seguro algún orate como yo, sin escrúpulos mancharía mis partes nobles; es gracioso pero recién ahora me doy cuenta que somos lo mismo, perdoname que haya invadido el tres de abril pero qué importa... para mí, mañana, estoy seguro que no existe, para vos... ¿quién te va a escribir? Si te descubren ciertas personas serás testimonio, testigo, mártir, si te encuentran las otras... serás cenizas... Ay diario!, ojalá me pudieses contestar, ojalá pudieses... Creo que también me resigné a vivir, ya no quiero seguir, de nada me sirve ser fugitivo de mi mismo, porque al fin y al cabo es lo que soy; fui acusado y me juzgó el peor juez, me sentenció culpable de haber vivido de tal o cual manera, de ser como soy, siendo yo mi único testigo, siendo yo mi defensa, siendo mi muerte la sentencia, mi vida mi condena, siendo yo mi propio juez. Perdón que mi sentimentalismo escape pero mis lágrimas brotan y no dejan de brotar, algunas caerán sobre tus hojas, otras sobre mis letras que las harán ilegibles... Vos entendés, sé que sos el único amigo que me queda.
¿Sabés qué?, creo que me quedé mudo... El otro día me paré frente a lo que resta del espejo de mi habitación... fue muy raro, me di cuenta de que tenía barba, no sabés que larga y desprolija estaba, me asombré sobremanera, la acaricié de la raíz hasta la punta con mi mano derecha y cuando quise decir algo...no pude; tal vez me faltaba el aire o algo así por el estilo, no sé..." la cuestión es que no pude hablar y todavía tengo tanto miedo que no volví a tratar, sí, ya sé...pero bien sabés que nunca me jacté de ser valiente"... Sabés que recién ahora me arrepiento de haber escrito y dado a conocer lo que yo pensaba y sabía de este sistema, era divertido al principio, es que no tenía nada que perder... Por lo menos eso creía; estúpido de mí, uno crece tan rápido con los golpes, que en muy poco tiempo aprendí a valorar más mi vida; la apreciaba tan poco y ahora la extraño tanto.
Ay!, querido diario... Espero ser cenizas, espero que algún día hables.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario