Se te ve tan lleno de vida
atravesando el parque siempre verde
ayudado por tu bastón de madera negra,
caminando como si el tiempo
se te hubiera colgado de los hombros,
y a pesar de esto y sin embargo,
avanzas seguro, estoico,
con toda la paciencia aprehendida
del día a día, del beso a beso.
Tu bravo corazón late
débil y ya casi sin fuerza,
pero vieran y sintieran
el amor y la nobleza con la que late
aferrándose a la vida sin vergüenza,
buscando el momento justo
para despedirse de la tierra
con una flor y una sonrisa.
Dale abuelo, atravesá en paz el edén de tus ensueños
estamos todos atrás tuyo, apoyándote, sintiéndote,
en lo más profundo del alma sin sentir tu despedida
como el más oscuro duelo.
Luchadores como vos, anque muertos siguen en pie
y nos enseñan, y aprenden y no se doblegan,
luchadores como vos son los que nos llenan
las manos y el alma de posibilidades
cuando la vida con sorpresa nos golpea y nos desgasta.
Gracias Abuelo por tu tiempo,
por tus mimos, tus palabras, tus silencios,
gracias por quedarte hasta último momento
dándonos tu experiencia, tu aprendizaje.
Andá tranquilo viejo bueno
Dios te tiene un lugarcito reservado en el cielo
y que no te dé vergüenza eh...
sabelo ahora, sabelo siempre,
ese lugar en el cielo, te lo tenés muy bien ganado.
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