Si hay algún lugar entre tus pechos
donde pueda echarme y reposar tranquilo,
o si me das un minuto de tu tiempo,
y me mirás a los ojos
con tu mirada profunda y llena de magia,
y tus manos me abrazan y tus labios me besan.
Si me das la oportunidad
de mostrarme y que me conozcas,
desnudo y sin disfraces,
sin negarme la posibilidad de darme entero
deshaciendo las piedras que llevo a rastras
y transformarlas en arena,
para construir de todas la playa más bella
donde bajo un sol bemol inventado
podamos rascarnos de lo lindo los ombligos,
entonces no será necesario más nada
pues mi felicidad estará lograda.
Ahora si bien, después de todo esto,
sos capaz de negarme la felicidad que necesito,
sin importarme lo que sientas, lo que desees o lo que pienses,
desde el fondo de mi gastado corazón te deseo
que tengas un corto viaje hasta el infierno.
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