qué amor quedó sin amar
qué palabra quedó sin decir
cuál vida creyó morir
de quién fue la muerte
que hoy ansía vivir.
Quién se ha llevado el añil del cielo
quién ha teñido el sufrir del duelo
quién ha fallecido sin dejar rastro
quién le ha robado el futuro al pasado.
Cuando termine la luna el paseo
y la noche, en el sol, acabe yaciendo;
cuando te olvide, por completo, el canto del viento
y la muerte silente ante sí misma sucumba
postrado arderás en la tumba
tallada con torpe cincel y desgano
tu huella maldita, marchita y escrita
cual beso de un ángel que te hubo amado.
Huérfana y lapidaria,
orlando solitaria el sepulcro
la flor sin tiempo espera,
y pobre... ¡Ni las moscas se acercan!
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