Y si proponemos basta de violencia;
si en vez de ir en contra del racismo
del clasismo, de cada ismo religioso,
contra la policía, contra las feministas,
contra abortistas, contra planeros o periodistas,
o maestros, o ignorantes, o partidistas,
contra los ismos económicos, o las banderas,
en sus creencias, sus modos, sus maneras, sus colores,
de los países con sus esencias, sistemas y horrores,
si dejamos de matar mujeres, niños e ilusiones,
porque no nos dejamos de joder y proponemos,
de una vez y seriamente, ya basta de violencia.
Qué tal si empezamos a aceptar las diferencias
en vez de tolerarlas,
qué tal si dejamos la mentira de que somos todos iguales
y practicamos la equidad y el respeto,
que tal si compartimos las ganancias en vez de que haya
gentes que las repartan,
qué tal si nos hacemos cargo de la falta de pelotas
que tenemos ante la injusticia, ante el abandono,
ante el destrato, la discriminación, el favoritismo,
porque no aceptamos en principio
que de humanos no tenemos ni verga
que a penas somos seres con tanto miedo y egoísmo
que se cagan en todo y en todos que tenemos a un lado.
Qué tal si empezamos a ser pacíficos contra la violencia
a no repetirle y recordarle a las minorías que son minorías
quitarles ese mote, quitarles tal sentencia,
no pelear por ellas en la calle, reafirmando esa idea de ser mierda.
Qué tal, si dejamos de tratar distinto al distinto
y tratamos a la gente como gente y nos dejamos de joder un rato.
Ya no nos vistamos con otros trapos
ya no nos pongamos falsas caretas
es tiempo de poner los huevos sobre la mesa
y exigir que basta, ya basta de violencia.
Mirá un poco la mierda que pisan tus zapatos
y antes de entrar y fruncir la nariz en casa de nadie
no olvides de limpiar primero tus propias suelas.
si en vez de ir en contra del racismo
del clasismo, de cada ismo religioso,
contra la policía, contra las feministas,
contra abortistas, contra planeros o periodistas,
o maestros, o ignorantes, o partidistas,
contra los ismos económicos, o las banderas,
en sus creencias, sus modos, sus maneras, sus colores,
de los países con sus esencias, sistemas y horrores,
si dejamos de matar mujeres, niños e ilusiones,
porque no nos dejamos de joder y proponemos,
de una vez y seriamente, ya basta de violencia.
Qué tal si empezamos a aceptar las diferencias
en vez de tolerarlas,
qué tal si dejamos la mentira de que somos todos iguales
y practicamos la equidad y el respeto,
que tal si compartimos las ganancias en vez de que haya
gentes que las repartan,
qué tal si nos hacemos cargo de la falta de pelotas
que tenemos ante la injusticia, ante el abandono,
ante el destrato, la discriminación, el favoritismo,
porque no aceptamos en principio
que de humanos no tenemos ni verga
que a penas somos seres con tanto miedo y egoísmo
que se cagan en todo y en todos que tenemos a un lado.
Qué tal si empezamos a ser pacíficos contra la violencia
a no repetirle y recordarle a las minorías que son minorías
quitarles ese mote, quitarles tal sentencia,
no pelear por ellas en la calle, reafirmando esa idea de ser mierda.
Qué tal, si dejamos de tratar distinto al distinto
y tratamos a la gente como gente y nos dejamos de joder un rato.
Ya no nos vistamos con otros trapos
ya no nos pongamos falsas caretas
es tiempo de poner los huevos sobre la mesa
y exigir que basta, ya basta de violencia.
Mirá un poco la mierda que pisan tus zapatos
y antes de entrar y fruncir la nariz en casa de nadie
no olvides de limpiar primero tus propias suelas.
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