el perro,
una taza que humea,
un saxo con jazz
sexo con love
algunas sombras,
tres recuerdos
inagotables,
pertinaces y sonrientes,
siempre.
Un par de bostezos
aún pegados
en los soñolientos párpados,
las ansias del nuevo día,
sueños que no durmieron
del todo
y sueños que despiertos
(no del todo)
empiezan con su labor
de transformarse en realidad.
Las pobres pesadillas padecen
la imbecilidad del pasado,
y los fantasmas consecuentes
y para nada inocentes,
decidieron, basta por hoy.
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