que te olvidás de todas tus muertes
y de cómo de tus cenizas resurgiste,
más sabio, más empático, más humano.
A veces la miseria que te rodea te penetra
tan arduamente y tan profundo, que sentís roto
el cuerpo, el espíritu y también el alma.
A veces la vida te viola, te tortura, te atormenta
y vos quedás como un repollo en el piso hecho un bollo
que no tiene más ganas de nada
solo de morir de una puta vez por todas.
Hoy me marco la piel para no olvidarme de mí
de mis esfuerzos continuos, de mis batallas perdidas,
de mis mutilaciones, de las aberraciones ante mí concebidas
en nombre del amor, del cuidado y otras mierdas.
No hay verdad más hermosa, ni más profunda que la propia,
lo que no hay que perder de vista, es que no es la más cierta,
por esto es que hoy me yergo entre las sombras
y mi autoproclamo personaje principal de todas mis historias
mítico y anagnórico, responsable de mi reencarnación,
de mis guerras, de mi cielo y de cada uno de mis cementerios.
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