La magia continúa, en todos lados,
suena como una música en los oídos de las gentes
y la vida se mea de la risa en cada esquina,
el cielo celeste el suelo gris oscuro
los edificios cada vez más altos
y los árboles con sus copas llenas
brindan felices la llegada de la primavera.
Los autos locos, las sonrisas olvidadas,
las boquitas apretadas, pintadas y preocupadas
por que siempre hay problemas que resolver,
el rimel, el rubor, los trajes, zapatos que brillan y corbatas,
insistentes celulares que suenan en todas partes
y el constante rum rum automotor sonando sordo
por los barrios y sus calles.
La vida es una margarita, por lástima
hoy me voy de Buenos Aires.