Gracias Dios por darnos a las mujeres,
por meterlas en nuestras vidas
por dejarlas al alcance de la mano
y que ellas dejen que nuestras manos las alcancen.
Gracias Dios por hacerlas divinas,
con sus culos, con sus tetas, con sus curvas,
con su corazón caliente, y su sexo encendido y dispuesto
a darnos amor y futuro hasta reventar.
Gracias Dios por hacerlas perfectas,
a pesar de todas sus imperfecciones,
por hacerlas necesarias, a pesar de las consecuencias,
que tarde o temprano siempre causan.
Gracias Dios por darles ese aroma en sus pieles,
esa suavidad en el alma, esas miradas insinuantes,
esas curvas peligrosas que no hacen más que quitarme el aire.
Porque hacen posible lo imposible, en cada cosa que tocan.
Gracias Dios por hacerlas apasionadas,
tanto en el amor como en la cama,
gracias por darnos instrumentos opuestos
que mágicamente se ocupan y complementan.
Gracias Dios por todas y cada una de ellas,
porque sin ellas el mundo sería una madeja,
donde las fresas sabrían a olvido
y el amor, no tendría sabor a nada.
Gracias Dios
por tu más hermosa creación!