Dejémosla dormir tranquila,
no le quitemos el sueño
recién logrado, total,
lleva años tratando de alcanzarlo.
Y mirá que le llevó lucha...
ponerse de pie de cuanta caída tuvo,
rearmarse cuando se rompió,
entenderse, cuando todo
no era más que una mera confusión...
Dejala, que descanse un rato,
que pase un lapso de tiempo
entre el recién dormida y el te despierto,
que llegue a la profundidad de su sueño,
que se revuelque en los brazos de orfeo
y que sueñe con ángeles, santos y duendes buenos.
Dejala que sonría, que descanse de todas sus porquerías,
dejala que se acurruque entre las cálidas sábanas
y que se cubra con nuestras esperanzas.
Dejala tranquila durmiendo pacífica,
mientras, vos y yo,
sigamos itentando cambiar el mundo.