No lo entenderían
ni siquiera sabrían
por dónde empezar
a desovillar este todo
embarullado por nada
Ni siquiera siendo
anatomistas forenses
serían capaces de determinar
cuales eran los pies
cuáles las manos
y cuál la cabeza.
Pobres imbéciles
los olivos que a la flor esperan
cuánta tristeza la de los coihues
que en soledad
solo al cielo se desparraman
Estúpida belleza la del colibrí
la del arco iris
la de tu sonrisa
que ilumina el mañana
como si existiera algo
más allá del muro.
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