En el más acá de mi mañana
una mosca suena como una trompeta
espantando a la modorra de los cinco minutos más,
el claxon de un camión,
atascado en la penuria de una calle sin asfalto
parece un oxidado saxofón,
la gota de agua que rítmica cae
en la bacha plateada de la cocina
en la bacha plateada de la cocina
me recuerda a una batería desvencijada
de redoblante latoso y toms mal ajustados,
el ronquido de esa otra (de quién ni averigüé su gracia)
es un atorado contrabajo de monótona melodía
que al despertar sus buenos días
encontrará desarmada la cama
de redoblante latoso y toms mal ajustados,
el ronquido de esa otra (de quién ni averigüé su gracia)
es un atorado contrabajo de monótona melodía
que al despertar sus buenos días
encontrará desarmada la cama
y las botellas de gin vacías.
Viejo corazón,
roto y desafinado,
has vivido a destiempo toda la vida,
no me apresures ahora,
antes que la ventana nos devore,
dejame oír este pálido jam
mientras fumo el último cigarro.
roto y desafinado,
has vivido a destiempo toda la vida,
no me apresures ahora,
antes que la ventana nos devore,
dejame oír este pálido jam
mientras fumo el último cigarro.
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