No te conté las costillas
ni te miré los dientes
no di nada por sentado
ni tampoco te soñé
no licencié mis deseos
ni postergué mis besos
no apresuré al tal vez
pero tampoco adormecí al ser
acá estoy, acá me ves,
vibrando como un hilo al viento
melifluo ante lo fatídico
estoico y sin soberbia
brillante como lucero
equilibrando con paciencia
mi decir con el hacer.
Hoy no es primavera
y sin embargo
ante tus ojos florezco
mostrándome tal cual soy
sin expectativas,
ambiciones,
ni vergüenzas.
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