¡Ha muerto, ha muerto!
bailan y cantan en las calles
llenos de un gozo exasperante
vieras como se asoman
desde los cristales
de sus ataúdes de cemento
haciendo aspaviento
de esa emoción que los libera.
¡Ha muerto, ha muerto!
gritan como el loco en el mercado
pero nadie los mira intrigados
ni nadie de ellos se ríe
pues esta muerte que emociona
es la muerte de un tirano.
¡Ha muerto, ha muerto!
Desdicha hay en el camposanto...
¿Dónde es que irán las almas
si el cielo no tiene un soberano?
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