tarde triste,
tarde gris.
Afuera llueven miserias
adentro se cultiva el desespero
que florece, por doquier,
dejando cada rama seca
desnuda y flaca como un cuerpo,
muerto.
Quisiera advertirle al colibrí
al perro, a los caballos,
que en todos lados hay cazadores
que sólo cazan para jactarse
de haber matado a un ser vivo,
ni siquiera se los comen.
No puedo hacer nada
todos saben la verdad
y la aceptan mansamente
como la vaca recibe el mazazo
en la sesera
en el frigorífico.
No hay nada que pueda hacer
ni adentro, ni afuera,
dentro de la confusa fosa
la suerte está echada
sin flores, sin tumbas,
sola, flaca y desnuda
como las ramas del azota caballos
como un cuerpo muerto.
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