Hubo un estruendo
luego un silencio
el tiquitac del tiempo
desapareció entre las nubes,
el cielo se llenó de sueños
y la tierra un infierno parió.
La luna regaló un diluvio
y los idiotas crecieron de los árboles
le pusieron nombre a todo
y gracias a esto creyeron ser Dios,
pobres, habían descubierto el lenguaje
pero nunca entendieron su potencialidad.
El amanecer fue apasionado pero lento
y al llegar al cenital todo fue vértigo y sin razón
no hubo oportunidad de un bello atardecer
el cielo se prendió fuego y en la tierra huyeron las sombras
hubo un estruendo, luego un silencio
y ya saben le demás.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario