estos no son mis demonios
no los reconozco
no los he creado ni los he parido.
Estos son los heroicos paladines del mal
en sus ojos puedo ver
la tristeza ajena
la envidia del otro
el auto flagelo,
la desidia, la necesidad, la carencia, el miedo.
¿Los ves vos también?
Sus ojos son profundos y parecen no brillar
tienen descoloridos sus pies y el aura,
son sus manos de piel rugosa, casi con escamas,
y sus lenguas ponzoñosas destruyen y manipulan
con palabras puras y vileza clara.
Estos no son mis demonios,
no los quiero en mi jardín,
llévatelos, no son míos,
menudo trabajo me ha dado
aprender a convivir con cada uno de ellos,
no estoy para nuevos
con rencores foráneos
con frustraciones impropias
con mares de llanto por lo que no lograron.
Estos no son mis demonios
los míos son juerguistas
mal hablados, fuertes y compasivos,
ellos aprendieron mirándose a sí mismos
y entendieron al dolor y sanaron
acabando con el sufrimiento.
Mis demonios ya no demonizan
trabajan para cultivar
las más bellas flores de nuestro infierno.
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