que miramos hacia los costados
por sobre el hombro
la suelas de los zapatos
y que también, de cuando en vez,
cerramos los nuestros ojos.Están los ciegos por amor
los ciegos por conveniencia
los ciegos por exigencia
y los ciegos sin razón.
Están los que miran lo que está
y los que miran más allá de eso
están los que miran el árbol, el bosque,
o los réditos que se puede sacar
de tanto espacio, de tanta madera.
Están los que miran por curiosidad,
por miedo o con indiferencia
que abren con fuerza los párpados
o que aún con más fuerzas los cierran.
Están los que miran por ellos mismos
los que miran por ojos ajenos
los que creen porque miran
y los que miran porque creen.
Están los que miran desde adentro
los que miran desde afuera
los que miran porque tienen ojos
y están los que por mirar
les ha crecido un tercer ojo.
los que miran desde afuera
los que miran porque tienen ojos
y están los que por mirar
les ha crecido un tercer ojo.
Están los que quieren mirar
los que pueden, los que temen,
y están también esos seres
a los que no les queda otra
que mirar todo lo que pasa ahí adelante.
los que pueden, los que temen,
y están también esos seres
a los que no les queda otra
que mirar todo lo que pasa ahí adelante.
Porque vivir, señoras y señoros,
no es más que un punto de vista propio
que sin querer se transforma en ajeno,
así que cuando mire
sea consciente de lo que está haciendo
y mire, sin olvidar por qué mira
ni con que intención lo hace.
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