están subalimentadas en el mundo,
más de cuatrocientos sesenta millones de personas
viven en la pobreza,
uno de cada tres humanos, no tiene acceso a agua potable;
más del cuarenta porciento de los ciudadanos de nuestro planeta
no tiene acceso a educación en su lengua materna,
cada dos segundos, una hija menor de diez y ocho años,
es obligada a casarse con un adulto,
solo el año pasado, mutilaron los genitales
a más de doscientos millones de niñas, con fines sexuales
y sin su consentimiento.
Una,
de cada tres mujeres,
tu mamá, tu hermana, tu hija
es abusada,
es violada
es maltratada.
Y la violencia sigue creciendo,
se la intenta contener con más violencia
por lo que en vez de decrecer
se reinventa en formas diferentes.
Como hoy, que en el mundo hay
más de ciento veintisiete millones de infectados
con un virus que posee cierta letalidad, y usando esto de excusa,
nos encerraron, nos callaron, nos obligaron a distanciarnos y a mirarnos de reojo
nos dominan con las armas más letales inventadas por la humanidad en su historia
el miedo y las noticias, con estas nos embrutecen, paralizan,
y a la matanza justifican.
Ya han muerto más de un millón de nuestros familiares,
el contagio de esta muerte se acrecienta día a día,
y a pesar de que este flagelo es mundial
y a todos llega por igual,
las vacunas existente no son gratuitas
para las naciones y en ocasiones
para nuestros congéneres.
Quienes fabrican esta cura son cuatro laboratorios
que vende a quien puede pagarles
y a los que no, que se arreglen.
No se liberan las patentes
lo que obliga a, las naciones que pueden, que se endeuden
y las que no tienen dinero, que perezcan en el intento.
Los laboratorios que tienen cautivo al mundo
pertenecen a países que lideran las acciones y decisiones de la ONU,
una organización que es capaz de obligar a naciones enteras
a actuar según esas reglas que la ONU considera correctas;
sin embargo, tal organización,
no aplica ninguna acción para liberar patentes de una vacuna
que es la cura de un flagelo,
que de a poco nos transforma
como la gota de agua que horada la piedra.
con tus acciones perversas llenas de encubierta avaricia y vacías ideologías.
El día que la economía estuvo por delante de la vida
fue el día en que perdimos el rumbo.
y pareciera que nadie,
todavía se dio cuenta.
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