viernes, mayo 25, 2007

Cuento Policial -- Cuento de "Cuentos"

Una llave violó el agujerito de la cerradura silenciosamente, las sábanas volaron por los cielos y un percutor resonó tres bangs en la amaneciente ciudad (sépanlo no siempre se mata de noche); en la esquina un perro con pocas pulgas se rascaba con la pata detrás de la oreja y el pesado despertar del sol revivía a una ciudad más muerta que viva.
Idoneo Ignoto se había levantado más temprano por una goma pinchada, o bien, también es posible, por la enciclopedia universal que María había tirado sobre su cabeza a modo de despertador.
-Andá a trabajar, vago de mierda!-
-Qué carajo te pasa loca de colchón?-claro que los vecinos estaban harto acostumbrados a ser despertados, no sólo por los gritos del cuarto "F", si no que también, estaban acostumbrados a los golpes que María le proporcionaba a su amante, a su marido, a ese hombre que compartía el lecho con ella.
-Siempre lo mismo vos, sorete vetusto y malagradecido, estás todas las noches de joda y al otro día ni Cristo te puede levantar, tené tu café, tené tus mediaslunas, tené tu mermelada, tu mantequita y tomá el cuchillo-; las sábanas volaron coloreadas de marroncito bosta de bebe con estival, Idoneo saltó de la cama con mermelada hasta en las orejas, con la manteca necesaria como para hacer una torta sobre él y que está no se pegue, las mediaslunas, certeras, se clavaron en cada parte vital del cuerpo de Ignoto que entre plumas de pato proferidas por herida almohada hecha con punta de arma blanca arrojada al aire azarosamente con tal de clavarse en algo, puteaba a diestra, ambidiestra, izquierda, siniestra.
-Vos estás más loca que un plumero, por qué no te cortás las venas?, gorda hija de puta!-así tomó un par de mudas sucias, (fué lo primero que tenía a tiro), y salió caminando por la entrada principal mascando remordimiento, pensando en cómo carajo se había casado con esa mujer tan trastornada psíquicamente, camino por el boullevard como todas las mañanas respirando el aire fresco que le hacía creer que el día para él sería distinto, "...iluso, iluso..." se decía y se repetía; Ignoto entraba a trabajar a eso de las nueve de la mañana, sólo que su mujer lo despertaba a los gritos al amanecer para romperle las pelotas y nada más. Idoneo pensaba en las palabras dichas por su psicólogo y las ponía cara a cara con las dichas por José en el bar, hablando de José, él era un solterón de tez algodón, alto, fornido y rubio, con la masa muscular de un hombre joven y atlético y un cerebro pródigo, a decir verdad, José, era el sueño erótico de cuanta mujer ande dando vueltas por el barrio, claro que, éste, ya harto de las mujeres, parecía tener unos gustos particularmente extraños...bah! extraños, en éstas épocas todos los gustos dejaron de ser extraños para pasar a ser comunes, aunque en sí, volviendo al tema, las cosas que se decían de José salían del mercado, de las comadres gordas y solteronas, chismes de barrio, bien saben ustedes como son esas cosas, tal vez José, paseaba pacientemente por allí (por el mercado...no hacía falta aclararlo, no) y alguna comadre alorada de pico afilado y cuerpo bóvido andróginado, se lo habrá querido voltear sobre la radicheta, y...él, obviamente, dijo no y la gorda creyéndose i-rre-sis-ti-ble empezó a injuriar y lujuriar al pobre amigo y compañero de Idoneo que en este momento se estrechaban las manos en el café de la esquina del trabajo.
-¡Qué cara de estar comiendo mierda!-
-Por favor, hoy...putea lo menos posible, me hacés acordar a María y se me pone la piel de gallina-
-Soy policía no me pidas imposibles...-pavoneó José con orgullo usando su colt como cola de pavo, dos sonrisas cómplices estremecieron los aires acafecalados, acicalados, del pequeño tugurio-...¿tan mal estuvo eso, ché?-
-De terror hermano, me despertó con un enciclopediazo en la cabeza, cultura...gritaba...querés cultura?, gritaba...tené cultura!, gritaba... la que necesita cultura es ella...todavía no entiendo por qué carajo me la quiere meter a mí a la fuerza?-
-Un enciclopediazo en la sesera, humm suena tango...-sostenía José su barbilla con sólo tres dedos.
-No seas pelotudo querés, hablo enserio, no siempre fué así, al menos eso quiero creer, antes había un lindo romance, como el tuyo y el de Sabrina... -pausa ma non troppo-¿qué fué de esa mujer?-
-No soportaba mi profesión-José clavó dos puñales en los ojos de Idoneo que lo miraba sabiendo que los puñales son amigos del silencio siempre...pero...tan solo por un rato o por otro tema.
José se rascó la barbilla con la mano derecha y con la izquierda se acomodaba algo debajo de la mesa.
-Sabés lo que pienso?-
-Mejor no saberlo-Idoneo cayó pesadamente con su mirada sobre una mosca que no le dió pelota.
-Esa zorra te está cagando-
-¿¿Quién??...¿María?...-la mosca se fué- si la hija de puta es más fea que dormir con ella...no...quién va a ser tan pelotudo como yo...Nooo!!...cuando me casé; sí que era linda esa vaca hedionda!-
-Dejáte de joder siempre fué horrible, un moco, un zurrusco regalado al amanecer por algún linyera malparido e hijo de puta-
-Se ve que es cierto. Somos policías...no podríamos dejar de putear ni ante San Pedro el día del juicio final...-
-Hablando de eso acordáte que hoy atestiguamos y tenemos que estar en tribunales al mediodía-
-No sé si ir, el chabón que agarramos es muy groso, si no nos hubiésemos dado a conocer en la prensa...no sé si estaríamos vivos.- José miró el reloj.
-En diez segundos te va sonar el beeper. No creo que pueda zafar tenemos muchas pruebas y si fallamos acá...lo mandamos a la interpol, quieras o no, siempre siempre siempre hay álguien mucho más fuerte que otro-
-Ese bip es bip el problema...-un beep-beep beepereoso comenzó a romper las pelotas-...quién es?-preguntó Idoneo a José con los ojos llenos de asombro y orgullo por tener tan hábil compañero.
-Mío, detective sí...adivino no, soy José no Sherlock Holmes-
-Mirá que estás al pedo José-
-El que está al pedo sos vos, mirá la pregunta que me hacés...esto es la vida real negro, ésto no es un cuento de un fulano que juega a ser dios dándole vida a un par de idiotas nacidos en su imaginación, acá te matan, acá te cagan, te puedo cagar o matar yo, sin querer o bien queriéndolo, andá a saber, no seas tan huevón...ahí viene Ricardo...-un hombre caucásico de estatura mediana, perfil greco, una nariz peligrosamente afilada , ojos huidizos de ratón y mirada negra, hosca, rápido para las averiguaciones en el bajo mundo.
-Ché...José, ¿no tiene cara de ratón?-
-Eso...no lo dijiste recién?-
-Qué cosa?-
-Ratón-
-Serás vos-Ricardo entró al bar más enérgico que nunca; las punteras de sus zapatos tropezaban con sus talones. Se desplomó sobre una silla en la mesa de al lado y haciéndose el otario les pidió el azúcar y sin decir más, tomó un sobresito en sus manos lo tiró al suelo previo a salir corriendo y gritando. Ricardo era así, la mayor parte de sus conocidos ya estaban al tanto de la pequeña locura existente dentro del diminuto y derruído cerebro del pobre hombre que había ganado muchos años atrás, medallas, banderitas y globos con el emblema policial del gallo escupiendo fuego por sus siniestros ojos; claro que era en la época aquella en que la estrella de honor, la medalla al flato azul más bonito significaba algo, en fin, él era uno de los mejores policías de la ciudad y si no fuese por su trauma y su locura ahora mismo él sería jefe de policía o alguna estupidez por el estilo.
-En qué pensás José?-
-Ricardo...pensaba en Ricardo, ese pobre hombre desde la muerte de su mujer...ya no es el mismo.-
-También, no es para menos...ese sí que estaba casado con una zorra, mirá que la hija de puta solo para cagarle la vida le pide que vengue su muerte y la muy hija de puta se había suicidado...cómo se puede ser tan larva, cómo se puede ser tan hijo de puta, porque tanto a María como a esa mujer le caben nada más que ese epíteto, son las dos unas hijas de puta, es más...no me llamaría la atención que María, también me hiciere eso, que se suicide, y me eche el fardo a mí...-
-No seas ridículo Idoneo, ¿ para qué María te haría eso?-
-Para cagarme la vida, nada más que para cagarme la vida, menesteres de la mujer, romper tanto las bolas a su macho para que éste se canse, se rompa y no pueda procrear; por qué?...porque tal vez, el tiempo, las coge, las deja gordas, quedan más feas...no José, yo creo que la primer causa del porque de un criminal es estar casado; más allá de cualquier otra cosa, infancia de mierda, padre adicto, madre loca como una cabra que se lo violaba en los ratos libres, bla, bla, bla, bla, bla...-Idoneo seguía hablando al pedo y llenándose la boca con ideologías estúpidas y palabras vacías, diciendo...cosas, diciendo bla, bla, idóneamente (como cable a tierra) seguía hablando con los ojos clavados en José pero sin mirarlo, como un confesor arrepentido, claro que José pensaba para sí mismo, "¿Qué mierda le pasa a éste chabón?".
-Vos qué decís?-preguntó Ignoto.
-Qué son todas iguales!-medio grito al mejor postor, José seguro de sí mismo sabiendo que el hilo de conversación era ese y a todas esas conversaciones de minas en los bares se las cierra igual. Sabía de memoria que después del suspiro de desahogo obligatorio del que putea a las mujeres, una escapada mental por la ventana viendo aquella mosca que busca lugar donde tomarse una gaseosa, comprar un globo a su hijo y descansar, otro tema más interesante volaría por allí.
-Quiénes?-
-Las minas son todas iguales-Idoneo se pusó de pie cerró los puños y posó todos los nudillos amenazantes sobre la mesa, miró a José con una especie de cólera niño, cólera desenfrenada, enojada e histérica, parecía una mujer, un niño histérico, una puta en celo, o un gay con la desesperación de ver que se le está cayendo el culo.
-No me escuchaste un carajo no, hijo de una gran puta.-José se sobresaltó, nunca había esperado, ni por las tapas, una reacción así, menos de Idoneo que dentro de todo parecía ser una de las personas que más retenía a su ímpetu salvaje, sin importar siquiera, si su humor externo era el mismo que el interno(cuestión de yogas y de osos que enseñan pacificación interna bla, bla, Idoneo creía), por lo general, como se dice vulgarmente, "él era un hombre frío y cínico"(el vulgo de esa seccional, no era el vulgo que encontramos generalmente en otra seccional demás está aclararlo), de sensaciones contadas con los dedos de las patas, subliminalmente repulsivo para los interrogatorios, uno de los mayores enemigos de la mentira dentro de la sala de interrogatorio, más frío que un cúbito; José e Idoneo, flor de equipo papá! , las calles de fuerte apache se limpiaban en silencio al pasar ellos, diez minutos después...todo volvía a su cotidiana anarquía.
-Sería bueno que te tomés otro café...hoy va a ser un día muy pero muy jodido- José levantó el inquisidor índice y el mozo estaba lamiendo ya, la suela de su edil zapato lustroso como las estrellas y no las de cine. Ignoto respiró un poco de su idiotez y se dió cuenta que el rídiculo y el absurdo son fáciles de encontrar, hasta a veces pareciere que fueran amigos y todo, el mozo les aproximó dos pocillos de café (les dió el jicarazo???) que orlaron la mesa junto a dos vasitos mugrientos y muy usados que se reflejaban en la jarrita plateada marca Jarrita. José sonrió viendo su reflejo de cara anforada tipo boliviana o tinaja de barro peruana que se agrandaba a la altura de su pera y se ensanchaba en su mentón haciendo el rostro de José, realmente, deforme.
-Es divertido como las cosas se reflejan distinto, la jarrita y su reflejo, bien podría ser realidad, bien podría ser ficción, algo así como el mundo infinito existente en el reflejo de dos espejos enfrentados.-el vaso que volaba ante la pequeña y vana filosofada de José, le echó su elixir en la seca garganta asfixiada de sequedad, Ignoto sonrió viendo su reflejo del otro lado de la jarrita.
-Si fuése como decís dentro del reino jarrita, por llamarle de alguna forma, María no sería lo que es y todo, hoy, sólo hoy, para mí, sería distinto...-Una abeja se posó sobre el borde de la taza de Idoneo; dió un par de vueltas y se fué.-...te parece que el tipo este pueda llegar a caer-
-Ya cayó-Ignoto lo miró sin sonreír, a José no le importó, no esperaba sonrisas, esperaba realidades, las de siempre, acción, cámara, luz, no luz no por favor, a ver sí entre tanta oscuridad un silencio de trueno y una estampida con zurco abría una brecha con sensaciones polvorientas que arderían dentro de las venas, sin luz...por favor sin luz.
-Pensar que siempre, desde el principio, en este país elegimos mal las simbologías-
-¿Qué te pasa hoy barón, te agarró eso de la liturgia?-
-Es enserio, escuchá, como querés que la fuerza policíaca sea amable si somos un gallo, bicho agresivo que sólo sirve para coger gallinas o pelear contra otros gallos, qué defiende sólo el gallinero, qué defiende sólo a las gallinas, bicho que ni siquiera pone huevos, cacarea, cacarea al pedo y no tiene poder en absoluto, por suerte, grita de mañana y después solo da vueltas y vueltas picoteando el piso levantando los granos de limosna que le tira el patrón o algún otro más fuerte, gallo, soberbio y bicho de mierda, ¿De qué otra forma podríamos ser?-
-Las nueve menos cinco, vamos dale- bifurcación.
-Pagamos hoy?-
-No, hoy no traje sencillo, en todo caso mañana no cobramos por dejarlos tener algunas mesas afuera.-
-De algo hay que vivir Gallego-le dijo José al encargado que con falsa sonrisa entre dientes y para adentro decía: "...¿Por qué no se van un poquitín a la mierda?, hijos de puta!...", el gallego donó su espalda a los ediles que se retiraron entre farfullos y risueños murmullos, se toparon en la puerta con dos hombres algo nerviosos que al entrar en el bar se sentaron en las mismas sillas donde José e Idoneo habían compartido más que un café...una conversa, el gallego se aproximó a la mesa al momento en que los dos ediles cruzaban por delante de la ventana, viéndose fijo, saludando por lo bajo, con un simple gesto, él a los ediles, ellos al gallego, buonna ventura! pensaron unos, mala suerte, pensó el gallego que al escapar de la mirada protectora de los policías cayó al piso tomándose las entrañas con una puñalada profunda y oscura como un abismo, repleto en sangre, como una bañera repleta de tripas y morcillas, asqueroso, creánlo, y muy asqueroso, el detalle de los intestinos colgando blancos, rosas y enrojados hasta lo más sanguinoliento, el pus de la úlcera, otro abismo, otro agujero y la sangre brotando, manando, mandando al cielo a un gallego que lucraba pulcramente con confituras, infusiones y minutas, fast food a lo gallego jamón serrano queso de máquina(a un gallego jamás le cuenten sobre hamburguesas, ni papas fritas al por mayor hechas con grasa, gallego hace a lo español, si son fritas aceite de oliva y si no joder! son cosas del modernismo), puñal dentro de un puño agresivo que lascivo entra y saca las mentiras, gallego al piso, gritos, gritos, y más gritos, muchedumbre corriendo por la puerta giratoria y por la ventana de donde antes escapaban las prófugas miradas, ahora prófugos cuerpos que huyen por miedo todos, sin culpa solo dos.
-El acusado es declarado inocente de todos los cargos...-cayó como guillotina sobre los cuellos de José e Idoneo, la mirada del yo te lo dije, la mirada del ya sé...ya sé...-...aunque, si usted quiere, puede levantar cargos contra los dos policías que lo detuvieron sin pruebas suficientes-
-Lo pensaré...-en media vuelta enfrentó a la prensa, y dos policías juntaron las mierdas de sus almas en otro café de alguna otra esquina.
-Este es un país de mierda, no veo la hora, que las cosas cambien...-
-Para?, si sos un boludo, lo tendríamos que haber quemado...tiroteo...sabés que tenemos una institución que nos apaña-
-Sabés que no me gusta que otra mano me limpie el culo después de haber cagado...-
-Qué importa...vos sabés que hay veces que sos más boludo que los indios de las películas, las cosas no siempre, menos acá, se pueden hacer de la forma constitucionalmente o legalmente correcta, pero hay tantos idiotas dando vueltas que nos pueden poner tanto de patitas en la calle como de culito en un jonca y salir airosos con las patas por delante... estoy muy harto...todo esto apesta, la institución, el poder judicial, el legislativo, el ejecutivo, son todos la misma mierda y sin ir más lejos también nosotros...-chiquilín que alguna vez yiraste por Bachín e hicieron de vos un tango, como carajo se te ocurre aparecer en mal momento.
-Una monedita pa' comer-dijo tímido el marginadito.
-Tu mamá está enfrente, ¿qué es lo que está esperando?-cuatro ojos adultos contra una tapa craneal peluda, iguales, ventaja dios.
-Mi mamá está esperando que le lleve plata-las lágrimas se dibujan más en las palabras que en los ojos, no olvidar.
-Pero vos nos pedíste comida-con voz de idiota, porque a los chicos se les habla de esa forma.
-Tengo hambre si la hija de puta esa, quiere guita para endrogarse o tomar que se la busque ella...-
-Sabe tu mamá de lo que decís?-la idiotez y las preguntas sin sentido renacen siempre ante la lástima.
-Mi mamá está muerta; se la cargaron unos policías que entraron en la villita donde vivo, ésta hija de puta me cuida desde entonces a mí y a mi hermanito-Idoneo y José intercambiaron las miradas con una cierta sonrisa, con un cierto dolor; será que el dolor no es ajeno a las sonrisas, será que las sonrisas no le son ajenas al dolor; o tal vez será así sólo en este caso.
-Sentáte...qué querés comer?-
-Cualquier cosa viene bien, la pancita está vacía y hace ruido y molesta y mucho.-.
Claro que el mozo,(como toda esa raza de mierda, los mozos, que primero nunca ven cuando uno los llama, segundo, que atienden o mal y a desgano, o te están todo el tiempo encima que si se te escapa un flato, vienen con el aerosol desinfectante de impurezas oloríferas y no te dejan ni sacarte un moco en paz que ya lo quieren hacer ellos)al acercarse a la mesa, miró despectivamente al niño, cosa que de por sí, no les cayó muy bien. El niño inmóvil sobre su silla, paseó su mirada atormentada por la desagradable estampa del siervo.
-Qué mirás gil, traéme algón para mi y alguito para mis amigos, yo invito!-una sonrisa sin ilusión mentirosa, encaminó la mirada del mozo a los ojos de José y de Idoneo como esperando su aprobación.
-No escuchaste al pibe gil, traéle algón para él y alguito para nosotros y rápido que el pibe tiene hambre-el mozo sentenció en una mirada silente a los dos hombres y le pidió a Ignoto un minuto para hablar a solas, Ignoto se puso de pie y se apartó un par de metros, mientras José interrogaba al niño sobre cosas sin sentido.
-Qué pasa?-dijo Idoneo.
-Pasa que el niño no puede sentarse en su mesa.-respondió el mozo tratando de asegurar su voz cosa que esta sonase sin miedos.
-Perdón??-dijo Idoneo, el mozo comenzaba a notar que el piso era su único objetivo seguro de visión, y así también sospechaba que las piernas temblequeantes del hombre que estaba allí delante de él eran un signo de malhumor, controlado.
-Pasa que no sé si el niño quiere algo caliente o frío...-
-Usted anteriormente no había dicho eso, ¿qué fué a ciencia cierta lo que antes había dicho?-
-No me comprometa jefe, son órdenes de la casa, no es porque yo quiera-el mozo ocultó su mirada en otro lado del bar e Idoneo depositó su puño en el mentón del mozo malparido, por lo menos eso le gritaba Ignoto mientras le proporcionaba flor de zurra. Los gritos subían desde el bar del infierno hasta el gris y particular cielo de tribunales que como todo cielo, no es para todo el mundo, al que le dieron la libertad ve solamente en el cielo tribunales, una suerte de color celeste que nunca antes había creído ver, ve como los árboles sonríen alejados de la realidad que los rodea, ve como los pájaros tiran sus relojes a los tachos y se quedan trinando colgados de una rama, como el niño que mangueaba comida, que en mitad de la golpiza ofrendada desde el edil hasta el mozo, el niño, no dejaba de ver a su madrastra por la ventana como le hacía señas atemorizantes, el solamente solo cuerpo la saludaba con una manito y en base a su sardónica sonrisa la hacía enojar, enérgumenear, la hacía poner de los pelos para arriba, roja, de los pelos para abajo, bordo. José, con otra historia en la cabeza, sonreía como un idiota a la nada y saludaba silencioso con una lágrima a un recuerdo, prendió el primer cigarrillo del día, y las cosas dejaron de estar acomodadas en su mente como si esta fuera un almacén y sus pensamientos jamón serrano colgados del techo hace tiempo, mucho tiempo, como los recuerdos de él, como los de José que colgaban de las vigas de su mente, silencios, estacionados, haciéndose de sabor para ser más y más ricos a cada vez, a cada día, otro café, pedido con una sonrisa puesto delante de él entre tanto delirio, el colirio en un bolsiilo y los ojos que se bañan y se humedecen en un día seco y caluroso, una gota de café que cae sobre la mesa y los niños en la calle jugando otro partido según ellos, el bueno, para ver quién paga la refrescante gaseosa generacional, se los podría arrestar por apuestas y juegos ilícitos, pero no hoy, hoy no, un grito descajetó a la pirámide hecha como con cartas de reales escaleras de pensamientos de José, que cayeron dejando un As de trébol negro con tres hojas, malos pensamientos, mala suerte.
-Llamen a la policía, lo va a matar!-ese fué el grito, pero cuál? el de cuando sacó de sus pensamientos recordados a José, el del bar de la esquina a la delegación cuando habían desenvainado para matar al gallego o el que avisaba en aquella oscura noche la muerte de un álguien, un grito sórdido, casi mudo gritado para que nadie lo escuche o solo lo haga el que esperaba encontrar un grito caído en la mitad de la vereda.
-Yo soy la policía-dijo Idoneo mientras salvajemente transformaba la cara del mozo a una masa uniforme, fácil de entender difícil de explicar. El niño en ese momento lloró entre silencios la pequeña depresión de enterarse, que sus dos nuevos, "amigos", pertenecían a esas raza humana que se había encargado de separarlo de su madre por toda su vida, por lo menos en el período que le quedaba por venir, José se dió cuenta, Idoneo prefería utilizar las enseñanzas recibidas dentro de la institución que las que le había tratado de inculcar tanto su oso de yoga como su psicólogo después de aquella época, que en ciertos casos no es preferible recordar,(eso no significa que debe olvidarse), el niño tampoco se dió cuenta, además el hambre no deja que las verdaderas humanidades se asomen a la ventana así porque sí, por lo menos a la venganza, o alguien conoce a otro alguien que se esté vengando de otrora con la panza vacía?. La venganza es sólo para el que come, o peor aún...para el que comió, las cosas por orden, sobre todo en el serhumano; primero uno, después a su debido tiempo dos y así sucesivamente, por que todo, todo tiene más sentido si se lo lee aparte, punto, gira el rulero sobre la cabeza de María y sin caer al piso, sabe que sus juanetes si duelen es porque va a haber quilombos, la enciclopedia..."...es difícil de explicar a otros; es cuestión de sensaciones, es cuestión de sentir o soñar que las cosas van a ser terribles y tratar de avisar; pero no soy oradora y no se hablar, además siento que él no me entiende...se merece él todo ésto..." algo de cosas rondaban sin redondear los pensamientos de María, que miraba a Idoneo durmiendo en el más prófugo y letárgico sueño, con el pie fuera de la sábana y las cobijas, con el pulgar erguido al cielo como asumiendo su postura magnánima y fuerte de ser un arrastrado ante un dios que poco sabe del tupé de los dedos gordos. Dos golpes no de estado si no en la puerta, derrocaron el despótico gobierno que monarqueaba en su cerebro. Adiós remember, helo presente.
La taza se acercó a la boca de Idoneo y dejó al líquido bajar por su garganta y llegar hasta su estómago que sufría de una pequeña acidez con regusto a recuerdo que no se puede olvidar por más que uno lo intente. Siempre la ventana, la propia, esa en la que uno se sienta y toma posesión en uno u otro bar, esa ventana que proporciona tantos escapes internos como externos, era otra vez esclava de los verdes y afilados ojos del niño que veía a esa desconocida que en sí; es lo que es (algo así decía Juan Manuel).
El hombre salió de tribunales con la sonrisa embargada por un abogado que le devolvió la libertad física pero no la económica, (¿existe libertad entonces?)claro que su sonrisa sería de una sola pieza hasta que llegase a un bar, se pidiese tres cafés y los tomáse él sólo mientras pensaba, que tres mesas más allá un hombre golpeaba un mozo profiriendo epígrafes en mil puteadas coloreadas de azufre. Qué importan los colores cuando ya todo está negro, dejó el maletín a un costado de la silla, bebió su último café con ganas, posó la taza en el platito, y redundó en sus pensamientos mientras se ponía de pie y se iba dejando atrás su pasado y su maletín; José sonrió, el niño seguía sentado sonriendo ante la reacción equívoca del edil para con el mozo.
La sesera interna de Idoneo era un soberano despelote sin comienzo ni fin, las palabras del psicólogo que le recomendaba, un manejo más espiritual, más controlado en sus reacciones, no así tan a la que te criaste, pensaba en María y cada golpe era más y más placentero, pensaba en José y en el niño, y sus golpes apenas rozaban la cara el mozo, pensaba en el hombre, en ese hombre que entró a tribunales por la misma puerta en que salió, y sus golpes se reían de si mismos, juego sin caricias, el del alma por supuesto.
Alguien entró al bar y se sentó en la mesa donde el hombre había olvidado su maletín se pidió un café, posó su teléfono celular sobre la mesa, le trajeron el café, lo bebió y se fué, previamente espío dos o tres veces su reloj cosa que en sí, no tiene mucha importancia, José se puso de pie y fué al baño, de paso tranquilizó a Idoneo que había ganado la aprobación del mozo y éste le juraba que si lo soltaba, la casa invitaba con cualquiera de los gastos ocasionados pero que por favor le dejase de pegar, José e Idoneo se retiraron al baño, Idoneo se acercó a los lavatorios y comenzó a lavarse las manos y a reír a carcajada limpia.
-Me parece que se me fué la mano con el mozo...¿no?-
-No sé-respondió José que ya se había apropiado de un mingitorio-no un poco, yo que sé, dentro de todo, se lo merecía, quiero decir, si vos fueras civil te hubiera llevado preso pero como sos un representante de la ley. Para qué tenemos una institución que nos apaña.-la sonrisa de José se dibujó explicativamente y hay cosas que no vale la pena explicar, José zarandeó su mano derecha, cerró su bragueta con la izquierda se acercó a Idoneo y en el lavatorio copiáronse uno y otro del menester de otrora que en si era el mismo...lavarse las manos. José en mitad de un remunerado silencio, levantó la cabeza y algunas haches escaparon de su boca, Idoneo lo miró, José prefirió callar, Idoneo prefirió que el otro calle.
El día pasó con más penas que gloria, y la luna quizo también jugar este juego y quiso también atestiguar en la contra de algún alguien que estuviese o no implicado en esa u otra sandez,la luna quería figurar, nos entendemos...
-La investigación empieza después de la seis-acompañó con un guiño, Idoneo sonriente le contestó.
-María me espera...mañana?-
-Hoy iba a ser más interesante , tengo un chiche nuevo-
-Está bien pero rápido como siempre.-
Salieron del baño en yunta acariciando cómplices el piso con los pies, soñando con que más tarde las cosas cambiarían de dirección, una pequeña pesquisa, una visita médica para hacer soportable la estadía nocturna con María que en este momento soñaba fervorosamente con la llegada de Idoneo e hicieran el amor sobre el lavarropas o el lavaplatos que también era una buena opción, (hace mucho no lo usaban de colchón) cerró los ojos y soñó humedeciéndose de a poquito las secas carnes de sus estériles mejillas, hace mucho no lloraba, no lloraba desde que se enteró que no podía tener hijos hace diez años atrás, y ella lo amaba a Idoneo y no era una mujer para ser despresiada así porque sí, de todas las comadres del barrio, ella, era la más atractiva, sin ir más lejos y así al pasar cuando ese mismo día, por la tarde en el mercado los verduleros le regalaron achicorias y nueces, el carnicero le regaló chorizos, morcillas y nalga según él secreteaba que era "pa' disimulá", sin embargo el del almacén preferió quedarse con la leche y no regalarle un carajo, ese mismo es el que se encargaba de hacerle guiñitos a José cada vez que este iba al mercadito zonal, se sospechaba algo raro, del almacenero y de José, pero también se sospecha del rengo, o del manco, o del negro, o del blanco, o del hebreo, o del católico, o del lindo, o del feo, o del ser humano, o del serhumano, que no es lo mismo que no es igual; María cerró la ventana a causa del frío, se despertó pensando en quién sería ese hombre que apenas la saludo cuándo volvía del mercado, a ella, ese hombre, le resultaba conocido y no entendía porque lo identificaba risueñamente con un inodoro, se quitó el salto de cama y lo posó sobre el respaldo de la silla estilo Luis Croupié, un amigo carpintero de la otra cuadra, tomó la revista quincenal (de esas que se leen cuando no hay televisión)y perdió el tiempo que se encuentra entre el apoliyo de haberse quedado dormida a medio desvestir y el noni, ¿Por qué...no, eh?. Preguntó silenciosa la araña que teje los pensamientos, la neurona más coqueta le vendió el mejor servicio a la mitad más uno y nada funcionó.
-Y pibe qué tal el chegusan?-el niño miró con dolor de cerdo rengo, de vaca ordeñada y después cuajada, nunca la vaca, nunca la vaca, sintió la caricia del viento en el trigo, sintió la podadora mecánica como lo desarraigaba y le cortaba los pies, sentía como por el precio de un sandwich el niño cambiaba con meros remordimientos su alma; y la venganza?, no hubo venganza, el niño, sabía que no todos los policías eran iguales había algunos que eran malos, otros que eran larvas, otros los coimeros y los que no existen que son los que cumplen con su deber.
Terminó su sandwich pensando en mil cosas más y se fué casi sin saludar más enojado con el mundo que con cualquier otra cosa, cruzó la calle y la madrastra le pegó tal mamporro que quedó de culo en el piso llorando a moco tendido. Los dos se miraron celosamente y sonrieron, sabían que no podían hacer nada mejor con el pibe que lo que la vida había hecho, María había quedado estéril y solo la palabra niño le causaba hurticaria, José odiaba a los chicos, e Idoneo era un sumiso de mierda que hacía lo que María quisisese, es la verdad lo juro, ellos sabían que las fundaciones en este país eran un chiste y que los hogares de niños no servían para chicos que amaban tanto su libertad de manos sucias y ojos viejos de miradas melancólicas.
-Qué moquete no?-irrisorio.
-Qué vas a hacer? las cosas se barajan de una forma.-llegando el anochecer fueron al hotel de las Alabanzas, subieron hasta la habitación "F" como desde hace una semana atrás, cruzaron el vano de la puerta y se besaron con amor e impaciencia.
Los gritos de María ascendieron al cielo del amanecer al darse cuenta que Idoneo aún no había llegado, pensó lo peor...una muerte es una investigación que se extiende, un perro llegaba a la esquina y se sentaba, los vecinos del cuarto "F" seguían acostumbrándose cada vez más a los gritos, María abrió un cajón donde entre algunas y otras cosas se ocultaba una carta de amor de José para Idoneo.
El perro se rascaba tras la oreja llegando el amanecer, tres detonaciones escaparon en total de uno de los desesperados cuartos llenos de frenesí y anhelo, tres detonaciones frente dos ojos que buscaban la explicación del entuerto, el grito femenino la detonación de cuarto "F" el perro echando sus pocas pulgas al aire, y los vecinos del cuarto "F" que ya estaban acostumbrados al griterío y al desorden.

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