entre tus atrevidas rodillas
que el rubor en la matina
sean los suspiros de dos amantes
que las caricias en las cama
se hagan carne, sudor y sábanas
que nuestras cosas se entremezclen
y nos sorprenda el para siempe.
Acercate ya sin miedos
en mi corazón tengo dispuesto
un lugar para los dos
más allá de todo tiempo.
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