tampoco le haré caso al camino que han marcado con un hilo
esas Moiras del destino que quiren decirme a dónde voy.
No entregaré conscientemente mis eternas caminatas
entre hombres de paja y mujeres de hojalata, que educan a los niños
como leones en un mundo en que los campeones visten de un solo color.
No esperes que me duerma en la cama por otro deshecha
no esperes que abandone aún cuando crea que todo lo que termina no comienza
no esperes, nunca esperes, no me esperes, si me he ido ya no hay vuelta.
Búscame, cuando quieras, allí donde el sol duerme la siesta.
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