A dónde vas cuando creés que basta,
que ya no alcanza, que ya no es.
A dónde vas cuando dejaste de creer
o que sentís a la muerte jugando
en tu misma mesa y con los dados.
A dónde vas cuando no hay a dónde ir
o cómo salís del laberinto
cuando has perdido algo más que el ovillo.
Cuando te encuentres con tu monstruo,
con aquel que te domina y te quita alternativas,
ya no huyas, quédate y pelea.
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