Mirá que hace días la vengo remando
y que trato en una nada absoluta
rescatar algún algo que sea un poquito potable.
Pero no, nada pasa che, sé que de cuando en vez
las musas salen de paseo, las mariposas duermen,
los duendes resfriados buscan por doquier las medias y los zapatos
ya que nunca recuerdan donde fue que los dejaron.
Las hadas descansan, y el bosque, en su plenitud,
parece dormido entre tantas sombras y silencios.
Sé que no todos los días sale el sol en todos lados, pero sale,
sé que la felicidad es una filosofía, que la alegría una sensación,
y que de todas, el amor, es la pulsión más arriesgada
de la que pecamos todos los amantes.
Y mirá que también sé que de una mala semilla
puede surgir una buena planta que llene de vida,
sé que el silencio es sano, pero creo que más sano es bailar y cantar,
sé que tus manos están siempre menesterosas
y que todo lo que esté al alcance de mi mano
por mi mano será atrapado, aunque más no sea por curiosidad,
lo voy a mirar, y observar un buen rato hasta que me aburra
y lo vuelva a dejar, donde estaba, al alcance de otra mano
que curiosona por ahí también pase y se distraiga.
Pero bueh... veo que estoy lleno de saberes
que a nada bueno me conducen, caigo verborrágico
casi aburrido, a seguir escribiendo a ver si al menos,
el bosque se vuelve a llenar de vida y se renuevan los colores
a ver si sale el sol en plena noche y las mariposas despiertan
a las hadas para que canten y bailen así las musas presurosas
vuelven al hueco del árbol donde a diario hacen su trabajo;
y los duendes... pobrecitos duendes, a ver si alguien los ayuda
a encontrar las medias y los zapatos!
Dios mío! Mejor dejo de remar y me acerco a la orilla,
puede que este bote se esté hundiendo,
y yo que ando así de distraído, con un trozo de papel en blanco,
que vergüenza! y el tintero sin tinta.