A veces cuesta darse cuenta,
entender, aceptar, diferenciar
la mentira de lo verdadero,
la mano franca de la inescrupulosa,
la conveniencia de la connivencia,
lo real de lo imaginario,
la magia del truco.
A veces parece que lo que pasa
no es más que una obra azaroza del destino,
y otras encambio, son producto del esfuerzo,
del deslome cotidiano, del tezón como método,
del logro por el hecho más que por el verbo.
A veces nos da una rara impresión
cuando vemos cosas ilógicas o que no creemos,
y tildamos a aquellas cosas
como imposibles, increíbles y hasta inexistentes,
simplemente por no poder abrir nuestras mentes
y aceptar que hay más de todo en todos lados,
de lo que ven nuestros ojos,
de lo que tocamos con las manos.
A veces tanta realidad aplasta
y nos deja con un dejo de amargo sabor en los labios,
y necesitamos creer que en la vida hay algo más
que esto que vemos, sentimos, creemos y queremos,
y nos desvivimos por encontrarnos en algún lado,
a un elefante en pijama o a un camello con ruleros.