¿Sentiste alguna vez
que una pena te invadía tanto
que te faltaba el aire
y que cualquier cosa
por más ajena que fuera
te estrujaba el alma
y te pateaba las entrañas?
¿Te sentiste alguna vez
tan solo, que los que te rodeaban
era una masa humana
sin rostros, sin luces, ni sombras?
¿Sentiste alguna vez
que un océano de lágrimas,
que una montaña de abrazos,
que millones de besos
no alcanzaban
para llenar el profundo vacío?
¿Te sentiste alguna vez
tan distinto a todos y a todo
que creíste sinceramente
no ser parte de toda esta mierda
que día a día nos rodea?
Si lo sentiste alguna vez
o lo estás sintiendo, no temas,
estos sentimientos pasan
como el agua pasa por el lecho del río.
A veces el dolor es un rector
que nos ayuda a encontrar el camino
hacia un hermoso despertar
A veces, el dolor nos hunde
en una profunda y difusa miseria
y dejamos que nuestra esencia
se desvanezca, o peor aún,
se transforme en nuestra peor pesadilla.
No te rindas, nunca te rindas,
de las semillas más horrendas
pueden salir dulces frutos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario