Qué siempre sean buenos días,
que cuando el sol no nos sonría
que sea la lluvia quien con su caricia
nos ayude a empezar la vida.
Que si es la luna quien espía
que ponga en nuestras vías
un millón de abrazos y risas,
que disipe los miedos con cosquillas,
que nos abrace redonda y pura
y que nos llene con su magia.
Que si es la noche oscura,
entonces,
que nos envuelva con su paz,
que guíe nuestra prosperidad
con un manto de estrellas francas,
que encontremos los caminos perdidos
y si es que nosotros andamos perdidos,
nos enseñe el camino de aceptar,
que hoy estar,
es ganar.
Y si hay sol, será de él la tarea
de darnos a su manera,
su calor, su luz, su sabiduría
para que,
aunque todo sea para mal,
igual tengamos un gran día.
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