A veces no te queda otra que aguantar;
que apostarte en el medio del río
y que la corriente venga e intente llevarte,
y no pasa nada, si es solo agua
a veces, te podés dejar llevar
como las hojas de otoño
se dejan llevar por el viento
y no pasa nada, si es solo aire
a veces, podés salir del río
y quedarte en la orilla viendo
como todo ese ruido termina en el mar
y no pasa nada, si es solo tiempo
pero hay veces, estimados míos,
que no tenés más opción
que ponerle el corazón
a todo eso que va viniendo
y por cada gota de agua que te golpea el pecho
se lleva con ella un sentimiento
una ilusión, una esperanza,
y no pasa nada si es enseñanza.
A veces es tanta el agua que golpea
que al final, te sentís vacío y que no queda nada,
te sentís solo, con frío, sin fuerzas
y hasta creés que es buena idea,
deshojarse por completo
deponiendo las armas
y darse por vencido,
y no pasa nada,
si son solo armas.
Hay gente que lucha hasta el final
y muere.
Creo que es importante darse cuenta
qué luchas son las que tenemos que luchar
y cuales dejar pasar sin remordimiento
ni culpa alguna.
A veces cuesta,
pero soltar,
no es solo una estrategia,
también
es aprendizaje.
1 comentario:
Hay que elegir las batallas
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