jurarte, proponerte,
que no existen los imposibles
los imponderables
que no hay misterios razonables
ni monstruos irracionales
escondidos entre las sombras
o a plena luz del día.
Me gustaría asegurarte
que el que se las juega siempre gana
que ser honrado, humilde y valiente
paga siempre con descuento
que ser maldito, cruel y avaro
al fin paga el mayor precio
a la soledad, al desamor y al desamparo
que a los buenos le va el cielo
y el infierno a los malos.
Me gustaría tener fe
en el futuro que se avecina
y no tener que darte medicinas
para cosas que aún no ocurren
y que inventan
en laboratorios y oficinas.
Te juro que deseo
desde lo más profundo del alma
que vueles alto y libre
más allá de mi esperanza.
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