Espío a través de esta tremenda nada
una ínfima parte del todo que se despliega
prepotente y arrogante por la eternidad
hacia todos lados más allá de mí.
Me veo entre pedestres que se preguntan
cómo, cuándo, dónde y por qué
mirando hacia alrededor
sorprendidos y abrumados
como si no existiera el presente.
Distraídos en lo que no es
pisan las flores, los escarabajos,
enamorados de sus colores empuñan a las mariposas,
destrozan a las mariquitas, aplastan a los piojos, a las chinches, al colibrí.
Si es bello o si lastima, se lo extermina con estúpida inocencia.
Y yo
camino entre ellos y los juzgo
sin fijarme donde piso
sin prestarle atención a quién soy
ni al camino que hicieron mis pies.
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